miércoles, 20 de mayo de 2015

Aborto: muerte de una persona en el vientre de su madre

         El camino que recorremos en la formación de la sexualidad suele ser el siguiente: primero, hablar de sexualidad responsable; segundo, enseñarles la prevención de enfermedades y de infecciones de transmisión sexual -poniendo mayor énfasis en el sida-; después las complicaciones del embarazo no deseado en la adolescencia; y, por último, la utilización de métodos anticonceptivos.
Si todo lo anterior ha fallado y los adolescentes se encuentran frente a la inminente noticia de que una adolescente está embarazada, puede ser susceptible de dos interpretaciones: esto es un “problema” del cual hay que liberarse, y por lo tanto, el “aborto” puede ser una “solución” para evitar las consecuencias de un embarazo no deseado; o esto es un “hijo” que viene en camino y, sin duda, es un milagro de la vida. Más allá de las circunstancias en que se conoce la noticia la vida de una nueva persona está en juego.
Muchas personas piensan que deshacerse de la cigota no es un aborto. No consideran al embrión como una “persona por nacer” sino una cédula indefinida, un “pedazo” sin derecho a la vida, una “cosa” que puede ser extirpada sin mayores consecuencias.
Una vez que el óvulo fue fecundado por un espermatozoide, el resultado de esa “cosa” es un ser humano. No hay dudas científicas sobre este hecho. Por lo tanto, debe ser cuidado y protegido.
Veamos, a continuación, información sobre lo que implica el aborto, las complicaciones físicas que pueden generar y la carga emocional que van a tener que llevar el resto de sus días aquellos que elijan esta “opción”.


1. TIPOS DE ABORTOS

El aborto es la muerte de una persona en el vientre de su madre producida durante cualquier momento de la etapa que va desde la fecundación (unión del óvulo con el espermatozoide) hasta el momento previo al nacimiento.
Más allá del punto de vista legal, es necesario distinguir entre distintos tipos de aborto. Se habla de aborto espontáneo cuando la muerte es producto de alguna anomalía o disfunción no prevista ni deseada por la madre. La mayoría de los abortos espontáneos se producen durante los primeros meses de embarazos y pueden deberse a diversas causas: genéticas, hormonales, traumatismos, enfermedades infectocontagiosas.
Con el concepto de aborto provocado (que es lo que suele entenderse cuando se habla simplemente de aborto) nos referimos cuando la muerte de la persona por nacer es procurada de cualquier manera: doméstica, química o quirúrgica. Muchas personas piensan que deshacerse de la cigota no es un aborto. No consideran al embrión como una “persona por nacer” sino como una cédula indefinida, una “cosa” que puede ser extirpada sin mayores consecuencias. (1)
Una vez que el óvulo fue fecundado por un espermatozoide, el resultado de esa “cosa” es un ser humano. Ya no hay dudas de que hay vida humana, única e irrepetible, desde ese preciso momento. La Academia Nacional de Medicina lo afirma categóricamente a través de la siguiente declaración: “La vida humana comienza con la fecundación, esto es un hecho científico con demostración experimental; no se trata de un argumento metafísico o de una hipótesis teológica. En el momento de la fecundación, la unión del pronúcleo femenino y masculino dan lugar a un nuevo ser con su individualidad cromosómica y con la carga genética de sus progenitores. Si no se interrumpe su evolución, llegará al nacimiento”. (2) Por lo tanto, debe ser cuidado y protegido. No “condenado a muerte” por haber sido concebido en circunstancias “no apropiadas”.
Siguiendo la tipología del aborto es necesario diferenciar los abortos que se pueden producir cuando peligra la vida de una mujer embarazada. En primer lugar, hay que distinguir entre el mal llamado “aborto terapéutico” y el “aborto indirecto”.
El aborto terapéutico es un aborto directo porque mata directamente la persona por nacer como medio para presuntamente salvar a la madre, cuando en realidad hay otras alternativas para salvarla a ella y a su bebé no nacido. Por consiguiente, el “aborto terapéutico”, como todo aborto directo o provocado, es un acto intrínseca y gravemente inmoral, por cuanto constituye la destrucción directa de un ser humano inocente, y por ello no está justificado en ningún caso. Como afirma Domingo Basso, “el principio moral fundamental es siempre el mismo: el aborto por indicación terapéutica constituye el asesinato directo de un ser humano inocente y, como tal, es una violación directa de la ley natural”. (3)
Veamos la postura de la Academia Nacional de Medicina acerca del “aborto provocado” y del “aborto terapéutico”: “Como consecuencia, terminar deliberadamente con una vida humana incipiente es inaceptable. Representa un acto en contra de la vida, pues la única misión de cualquier médico es proteger y promover la vida humana, nunca destruirla. Esta convicción está guardada en la cultura mundial y muy notablemente en el Juramento Hipocrático. Siendo el derecho a la vida el primero de los derechos personalísimos, toda legislación que autorice el aborto es una negación de estos derechos y, por lo tanto, de la medicina misma”. (4) En realidad la frase “aborto terapéutico” es una contradicción ya que la palabra “terapéutico” quiere decir salva o cura a nadie y, por el contrario, aquí claramente se atenta contra una vida humana.
Diferente es el caso del aborto indirecto, que en realidad no es un aborto en el sentido pleno de la palabra: no es un aborto directamente provocado. Se trata del caso en el que la vida de la mujer embarazada corre un peligro inminente, y la situación es tal, que si el médico esperara a que el bebé fuera viable que pudiera vivir fuera del útero con la tecnología disponible, morirían tanto la madre como él, ya que antes de que llegase el momento de la viabilidad, se produciría la muerte de la madre y, por consiguiente, el bebé moriría también. El médico tampoco tiene otra alternativa para salvar a los dos, si la hubiera, tendría que recurrir a ella. Entonces, no tiene más remedio que intervenir, tratando siempre de salvar a ambos (al bebé no nacido y a su madre). Si en ese proceso el bebé muere como un efecto no directamente causado ni querido por el médico, entonces, no hay por qué culpar a nadie. Se trata de un “aborto indirecto”, y aunque ciertamente es una tragedia, no es algo moralmente imputable.


2. MÉTODOS ABORTIVOS

A continuación, veremos los métodos abortivos que se utilizan en los países donde el aborto es legal, como en aquellos que está prohibido.
Por envenenamiento salino: Se extrae el líquido amniótico dentro de la bolsa que protege al bebé. Se introduce una larga aguja a través del abdomen de la madre, hasta la bolsa amniótica y se inyecta en su lugar una solución salina concentrada. El feto ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos. Este método se utiliza después de las 16 semanas de embarazo.

Por succión y legrado: El abortista empieza dilatando el cuello del útero de la madre, hasta que es lo suficientemente grande para insertar una cánula en el mismo. La cánula es un tubo de plástico hueco conectado a una bomba tipo aspiradora, a través de una manguera flexible. El abortista pasa el extremo de la cánula a lo largo de la superficie del útero, logrando que el bebé sea arrastrado y succionado al interior del tubo, entero o en trozos. El líquido amniótico y la placenta son igualmente succionados al interior del tubo y junto con otras partes del cuerpo, introducidos en un bote de recolección.
Otras partes del cuerpo que pudieran quedar aún en el útero son extraídas quirúrgicamente raspando, en un procedimiento llamado legrado. Después de esto, se introduce nuevamente dentro del útero de la madre la cánula utilizando la máquina de succión, para asegurarse de que ninguna parte del cuerpo del bebé esté aún en el interior del útero. El contenido del bote de recolección se examina para comprobar que están en el mismo todas las partes del cuerpo del feto, así como la cantidad de tejido adecuada correspondiente a la edad gestacional. (5)

Por dilatación y curetaje: Este método abortivo se utiliza a finales del primer trimestre o principios del segundo, cuando el bebé ya es demasiado grande para ser extraído por succión. Es similar a este último método, pero en vez de despedazar al bebé por aspiración, se utiliza una cureta o cuchillo, provisto de una cucharilla, con una punta afilada con la cual se va cortando al bebé en pedazos, con el fin de facilitar su extracción por el cuello de la matriz. Luego se sacan éstos pedazos con la ayuda de fórceps. Este procedimiento tiene más riesgos para la mujer que el método de succión. (6)

Dilatación y evacuación: La dilatación y evacuación (DyE) es utilizada desde aproximadamente las 12 semanas completas de embarazo. En aquellos lugares donde se dispone de profesionales con experiencia y habilidad, es la técnica quirúrgica más efectiva y segura para embarazos avanzados. La DyE requiere la preparación cervical con una prostaglandina como el misoprostol, o laminaria o un dilatador hidrofílico similar; dilatar el cervix y evacuar el útero utilizando una aspiración al vacío eléctrico con una cánula de 14 a 16 mm de diámetro y pinzas. Dependiendo de la duración del embarazo, una adecuada dilatación puede requerir desde dos horas hasta un día completo. Si bien no es esencial, muchos profesionales encuentran útil el uso de ecografía durante el procedimiento de DyE.

Por nacimiento parcial: También es conocido como “D & X” a las 32 semanas. Suele hacerse cuando el bebé se encuentra muy próximo de su nacimiento. Después de haber dilatado el cuello uterino durante tres días y guiándose por la ecografía, el abortista introduce unas pinzas y agarra con ellas una pierna, después la otra, seguida del cuerpo, hasta llegar a los hombros y brazos del feto. Así extrae parcialmente el cuerpo del bebé, como si éste fuera a nacer, salvo que deja la cabeza dentro del útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser extraída intacta; el abortista, entierra unas tijeras en la base del cráneo del bebé que está vivo, y las abre para ampliar el orificio. Entonces, inserta un catéter y extrae el cerebro mediante succión. Este procedimiento hace que el bebé muera y que su cabeza se desplome. A continuación extrae al “producto del embarazo” y le corta la placenta.

Por operación cesárea: Este método es exactamente igual que una operación cesárea hasta que se corta el cordón umbilical, salvo que en vez de cuidar al bebé extraído se le deja morir. La cesárea no tiene el objeto de procurar el nacimiento del bebé sino de matarlo.

Con fármacos: Estos métodos se basan actualmente en tres tipos de medicamentos: el metotrexate (comercializado con el nombre de Ledertrexate), la mifepristona (conocida también con el nombre de RU-486) y el misoprostol (comercializado con el nombre de Cytotec) (Schiavon, 2003). Tales medicamentos pueden utilizarse solos o combinados (Espinoza, 2002). Las condiciones para la prescripción y utilización de estos productos están estrechamente ligadas a la situación legal del aborto y a la disponibilidad de aquéllos en cada país. (7) El RU -486 es un fármaco abortivo que actúa privando al feto de un elemento vital, la hormona progesterona. El aborto se produce luego de varios días de dolorosas contracciones.


3. SECUELAS FÍSICAS DEL ABORTO

El aborto, sea cual fuere la causa, presenta complicaciones propias de todo acto médico quirúrgico y otras propias de este procedimiento: lesiones traumáticas del útero u otros órganos intraabdominales, hemorragias, abortos incompletos, desgarros del cuello uterino, infección del útero e incluso, posible muerte de la madre.
No sólo se producen complicaciones en el acto quirúrgico o poco tiempo después, sino que la mujer puede padecer secuelas a largo plazo, relacionadas con su cuerpo, como aumentar el riesgo de cáncer de mama, ovarios o útero, esterilidad. Además, en algunos casos, las complicaciones pueden aparecer en futuros embarazos:
• Abortos espontáneos o partos prematuros: El aborto se asocia con lesiones cervicales y uterinas que pueden incrementar el riesgo de parto prematuro, complicaciones en el parto y desarrollo anormal de la placenta en posteriores embarazos.
• Placenta Previa: El aborto incrementa el riesgo de placenta previa en ulteriores embarazos (una circunstancia que pone en peligro tanto la vida de la madre como su embarazo deseado).
• Embarazo Ectópico: El aborto está relacionado de forma importante con un riesgo añadido de embarazos ectópicos (embarazos fuera de la cavidad uterina) posteriores.
En general, la mayoría de las complicaciones citadas reflejan factores de riesgo para mujeres que se han sometido a un solo aborto. Varios estudios muestran que las mujeres que tienen abortos múltiples encaran un riesgo mucho mayor de sufrir tales complicaciones.
Si las mujeres que abortan son adolescentes, se exponen a un riesgo mucho más alto de sufrir numerosas complicaciones relacionadas con el aborto. Esto es válido tanto para las complicaciones inmediatas como para los perjuicios reproductivos a largo plazo.


4. SECUELAS PSÍQUICAS DEL ABORTO

Cuando una mujer queda embarazada, su cuerpo se modifica y se compromete con el desarrollo de esa vida naciente. Al conocer que está embarazada, este vínculo ya lleva por lo menos quince días formándose. A lo largo de esos días, durante las 24 horas, entre madre e hijo se viene produciendo un permanente intercambio, tanto a nivel de la sangre como a través de las emociones y sentimientos. Esa nueva persona ya forma parte de la vida de su mamá. Aunque desde lo consciente no lo registre, ese vínculo existe y es importante para ella. (…) (8)
Para pensar en el aborto, la mujer necesita desconectarse de las emociones y sentimientos involucrados en el desarrollo de su hijo. A su vez, precisa despojar de humanidad a “eso” que viene creciendo en su interior, viéndolo como coágulos, tejidos, células, etc. A este mecanismo lo conocemos con el nombre de deshumanización.
Es probable que desde lo racional presente argumentos y justificaciones muy firmes de por qué cree que abortar es su mejor opción (en estas situaciones lo racional iría por un carril muy alejado de lo que ocurre a nivel emocional). A su vez, es posible que al haber deshumanizado a su hijo, se encuentre ella misma deshumanizada, es decir, anestesiada emocionalmente, sin poder registrar el vínculo con su hijo, ni ver que lo que lleva dentro es un alguien y no un algo. (9)
Las mujeres que han abortado tienen más probabilidades que otras de requerir el ingreso posterior en un hospital psiquiátrico o tratamiento psicológico. Muchas mujeres tras un aborto recurren a la represión como mecanismo de defensa, y puede darse un largo período de negación antes de que una mujer requiera tratamiento psiquiátrico. En muchos casos, incluso han comenzado tratamientos por problemas que aparentemente nada tienen que ver con el aborto.
Estos sentimientos reprimidos son susceptibles de causar afecciones psicosomáticas y psiquiátricas. Algunas mujeres, que experimentan secuelas post-aborto declaran albergar ideas suicidas, e incluso, han tenido intentos de suicidio, en una, dos o más ocasiones. Otras consecuencias frecuentes son:
• Disfunción Sexual
• Refuerzo del hábito de fumar
• Abuso de alcohol y drogas
• Desórdenes alimentarios
• Divorcio y problemas crónicos en la relación de pareja
• Abortos de repetición


5. Consecuencias del aborto para el hombre (10)

El debate sobre el aborto se ha enfocado, casi exclusivamente, desde la perspectiva de las mujeres, haciendo caso omiso de los hombres. En un momento en que los hombres se comprometen cada vez más en la crianza de sus hijos, las leyes les niegan sistemáticamente el derecho a estar implicados en decisiones de vida o muerte que afectan a sus hijos aún no nacidos. Esta impotencia tiene su efecto no sólo en la imagen que el varón tiene de sí mismo, sino que también puede causar conflictos de funciones, culpabilidad, depresión y, con frecuencia, el final de la relación con su cónyuge.
Se ha defendido el aborto como un sencillo procedimiento quirúrgico que produce poco o ningún impacto psicológico tanto en la mujer como en el hombre. En realidad, la mayoría de los hombres, lo mismo que las mujeres, niegan cualquier consecuencia emocional negativa del aborto. Sin embargo, cuando los hombres deciden reconocer sus sentimientos, describen con frecuencia la experiencia del aborto como desconcertante y dolorosa. Lo mismo para los hombres que para las mujeres, la sensación de vacío puede durar toda una vida, puesto que los padres son padres para siempre, incluso del niño muerto.
Sin embargo, una vez que ha tenido lugar el aborto, los varones pueden requerir tanta ayuda emocional como las mujeres. Para cualquiera de los dos, la pérdida de un hijo no es una pérdida como otra cualquiera. La culpa y la pena pueden ser persistentes, y no pueden quitarse a base de fuerza de voluntad.


6. CONCLUSIÓN

Para finalizar, tomaremos el texto de la Declaración de Ginebra propuesto por la Asamblea General de la Asociación Médica Mundial realizada en septiembre de 1948 que es una actualización del juramento hipocrático que todos los médicos realizan al finalizar sus estudios y estar en condiciones de comenzar a trabajar. Tomaremos algunos párrafos:
“VELAR ante todo por la salud de mi paciente; NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mi paciente; VELAR con el máximo respeto por la vida humana; NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las libertades ciudadanas, incluso bajo amenaza; HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi palabra de honor”.
El embarazo, aún en las circunstancias más complejas, no es un “problema”. El aborto, aún en las condiciones más higiénicas, sí lo es y dejará consecuencias de por vida. Los jóvenes tienen una tendencia natural a favor de la vida, en todas sus formas. Sostenerlos en esta postura es nuestro deber, no sólo por ellos, sino por las generaciones futuras.


(1)    Agencia Católica de Informaciones . www.aciprensa.com.
(2)    ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA. http://www.acamedbai.org.ar/pagina/academia/declarac.htm
(3)    BASSO, DOMINGO. Nacer y Morir con Dignidad. Ed. C.M.C.
(4)    ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA. http://www.acamedbai.org.ar/pagina/academia/declarac.htm
(5)    DERECHO A VIVIR. www.derechoavivirenargentina.blogspot.com.ar
(6)    GUÍA TÉCNICA PARA LA ATENCIÓN INTEGRAL DE LOS ABORTOS NO PUNIBLES. www.msal.gov.ar
(7)    CENTRO DE POBLACIÓN Y DESARROLLO. www.ceped.org
(8)    KUPHAL, PEDRO A. (Compilador) Vivir ¡¿Si?! Aproximación Multidisciplinaria al Aborto. Sembrar Valores. 2011
(9)    KUPHAL, PEDRO A. (Compilador) Vivir ¡¿Si?! Aproximación Multidisciplinaria al Aborto. Sembrar Valores. 2011

(10)  RUE, VINCENT Ph.D. Padres Olvidados. Lewiston, Nueva York/Toronto, Canadá: Life Cycle Books, 1986.