Pasaron 14 años
de la primera edición de este libro. Mucho tiempo, muchos cambios sociales y
culturales, muchas capacitaciones compartidas con padres y alumnos, muchas
charlas con adolescentes, jóvenes y adultos. Y si bien es momento de revisar
algunos aspectos de la primera edición, uno se da cuenta de que lo más
importante no cambia. La necesidad de seguir hablando con nuestros hijos es más
imperiosa que nunca.
Después de la
publicación del libro, continuaron las clases con adolescentes, los talleres
para padres, las charlas abiertas a la comunidad, las presentaciones en
eventos, etc. Tuve invitaciones desde Jardines de Infantes, escuelas primarias
y secundarias, hasta en Universidades. La conclusión sigue siendo la misma: de
sexo se habla mucho, pero de sexualidad se habla poco.
A lo largo de
este recorrido, me di cuenta de que ‘Sexualidad:
¡Hablemos!’ se mantiene vigente como base para comenzar a hablar con
nuestros hijos. El norte no cambió de lugar, a pesar de todas las
transformaciones que presenciamos en el mundo actual. Y si pensamos en los
valores que queremos transmitir en la formación de nuestros hijos siguen siendo
los mismos, no cambian con el paso del tiempo.
Sin embargo, siempre
es preciso informarse, actualizar algunos conceptos, revisar estadísticas y
estar abierto a nuevas perspectivas, pero considero clave mantener la mirada
amplia de la sexualidad, con todas sus dimensiones. Evitar los reduccionismos
es una tarea a tener en cuenta por parte de los padres y educadores.
En tiempos
donde se habla mucho de la diversidad, no podemos perder de vista que todos y
cada uno de nosotros somos diferentes, y el respeto por el otro, por el solo
hecho de ser persona, no se negocia. Pero nuestro deber como educadores es
mostrar ese norte que consideramos valioso para nuestros hijos y educandos.
Todos
consideramos importante generar una base segura en lo afectivo desde los
primeros años de vida -incluso antes de nacer- para el desarrollo de nuestros
hijos. De igual modo, es preciso construir un pilar firme en valores para el
desarrollo pleno de sus potencialidades y brindarles herramientas que le
permitan alcanzar el bienestar y la felicidad.
Desde esta
postura, vuelvo a revisar este libro, ampliar algunos temas, modificar otros,
pero con la intención de seguir ayudando a padres y a educadores a hablar de
sexualidad. Sus hijos y alumnos están ávidos de espacios de escucha y formación,
aunque lo nieguen o disimulen, no claudiquemos en nuestra tarea de educar en
valores y… de ‘Sexualidad: ¡Hablemos!’
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