El camino que recorremos en la
formación de la sexualidad suele ser el siguiente: primero, hablar de
sexualidad responsable; segundo, enseñarles la prevención de enfermedades y de
infecciones de transmisión sexual -poniendo mayor énfasis en el sida-; después
las complicaciones del embarazo no deseado en la adolescencia; y, por último,
la utilización de métodos anticonceptivos.
Si todo lo anterior ha
fallado y los adolescentes se encuentran frente a la inminente noticia de que
una adolescente está embarazada, puede ser susceptible de dos interpretaciones:
esto es un “problema” del cual hay que liberarse, y por lo tanto, el “aborto”
puede ser una “solución” para evitar las consecuencias de un embarazo no
deseado; o esto es un “hijo” que viene en camino y, sin duda, es un milagro de
la vida. Más allá de las circunstancias en que se conoce la noticia la vida de
una nueva persona está en juego.
Muchas personas piensan que
deshacerse de la cigota no es un aborto. No consideran al embrión como una
“persona por nacer” sino una cédula indefinida, un “pedazo” sin derecho a la
vida, una “cosa” que puede ser extirpada sin mayores consecuencias.
Una vez que el óvulo fue
fecundado por un espermatozoide, el resultado de esa “cosa” es un ser humano.
No hay dudas científicas sobre este hecho. Por lo tanto, debe ser cuidado y
protegido.
Veamos, a continuación,
información sobre lo que implica el aborto, las complicaciones físicas que pueden
generar y la carga emocional que van a tener que llevar el resto de sus días
aquellos que elijan esta “opción”.
1.
TIPOS DE ABORTOS
El aborto es la muerte de una
persona en el vientre de su madre producida durante cualquier momento de la
etapa que va desde la fecundación (unión del óvulo con el espermatozoide) hasta
el momento previo al nacimiento.
Más allá del punto de vista
legal, es necesario distinguir entre distintos tipos de aborto. Se habla de
aborto espontáneo cuando la muerte es producto de alguna anomalía o disfunción
no prevista ni deseada por la madre. La mayoría de los abortos espontáneos se
producen durante los primeros meses de embarazos y pueden deberse a diversas causas:
genéticas, hormonales, traumatismos, enfermedades infectocontagiosas.
Con el concepto de aborto
provocado (que es lo que suele entenderse cuando se habla simplemente de
aborto) nos referimos cuando la muerte de la persona por nacer es procurada de cualquier
manera: doméstica, química o quirúrgica. Muchas personas piensan que deshacerse
de la cigota no es un aborto. No consideran al embrión como una “persona por
nacer” sino como una cédula indefinida, una “cosa” que puede ser extirpada sin
mayores consecuencias. (1)
Una vez que el óvulo fue
fecundado por un espermatozoide, el resultado de esa “cosa” es un ser humano.
Ya no hay dudas de que hay vida humana, única e irrepetible, desde ese preciso
momento. La Academia Nacional de Medicina lo afirma categóricamente a través de
la siguiente declaración: “La vida humana comienza con la fecundación, esto es
un hecho científico con demostración experimental; no se trata de un argumento metafísico
o de una hipótesis teológica. En el momento de la fecundación, la unión del
pronúcleo femenino y masculino dan lugar a un nuevo ser con su individualidad cromosómica
y con la carga genética de sus progenitores. Si no se interrumpe su evolución,
llegará al nacimiento”. (2) Por lo tanto, debe ser cuidado y protegido. No “condenado
a muerte” por haber sido concebido en circunstancias “no apropiadas”.
Siguiendo la tipología del
aborto es necesario diferenciar los abortos que se pueden producir cuando
peligra la vida de una mujer embarazada. En primer lugar, hay que distinguir
entre el mal llamado “aborto terapéutico” y el “aborto indirecto”.
El aborto terapéutico es un
aborto directo porque mata directamente la persona por nacer como medio para
presuntamente salvar a la madre, cuando en realidad hay otras alternativas para
salvarla a ella y a su bebé no nacido. Por consiguiente, el “aborto
terapéutico”, como todo aborto directo o provocado, es un acto intrínseca y gravemente
inmoral, por cuanto constituye la destrucción directa de un ser humano inocente,
y por ello no está justificado en ningún caso. Como afirma Domingo Basso, “el
principio moral fundamental es siempre el mismo: el aborto por indicación
terapéutica constituye el asesinato directo de un ser humano inocente y, como
tal, es una violación directa de la ley natural”. (3)
Veamos la postura de la
Academia Nacional de Medicina acerca del “aborto provocado” y del “aborto
terapéutico”: “Como consecuencia, terminar deliberadamente con una vida humana
incipiente es inaceptable. Representa un acto en contra de la vida, pues la
única misión de cualquier médico es proteger y promover la vida humana, nunca
destruirla. Esta convicción está guardada en la cultura mundial y muy
notablemente en el Juramento Hipocrático. Siendo el derecho a la vida el
primero de los derechos personalísimos, toda legislación que autorice el aborto
es una negación de estos derechos y, por lo tanto, de la medicina misma”. (4)
En realidad la frase “aborto terapéutico” es una contradicción ya que la
palabra “terapéutico” quiere decir salva o cura a nadie y, por el contrario,
aquí claramente se atenta contra una vida humana.
Diferente es el caso del
aborto indirecto, que en realidad no es un aborto en el sentido pleno de la
palabra: no es un aborto directamente provocado. Se trata del caso en el que la
vida de la mujer embarazada corre un peligro inminente, y la situación es tal, que
si el médico esperara a que el bebé fuera viable que pudiera vivir fuera del
útero con la tecnología disponible, morirían tanto la madre como él, ya que
antes de que llegase el momento de la viabilidad, se produciría la muerte de la
madre y, por consiguiente, el bebé moriría también. El médico tampoco tiene
otra alternativa para salvar a los dos, si la hubiera, tendría que recurrir a
ella. Entonces, no tiene más remedio que intervenir, tratando siempre de salvar
a ambos (al bebé no nacido y a su madre). Si en ese proceso el bebé muere como
un efecto no directamente causado ni querido por el médico, entonces, no hay por
qué culpar a nadie. Se trata de un “aborto indirecto”, y aunque ciertamente es
una tragedia, no es algo moralmente imputable.
2.
MÉTODOS ABORTIVOS
A continuación, veremos los
métodos abortivos que se utilizan en los países donde el aborto es legal, como
en aquellos que está prohibido.
Por envenenamiento salino: Se
extrae el líquido amniótico dentro de la bolsa que protege al bebé. Se
introduce una larga aguja a través del abdomen de la madre, hasta la bolsa
amniótica y se inyecta en su lugar una solución salina concentrada. El feto
ingiere esta solución que le producirá la muerte 12 horas más tarde por
envenenamiento, deshidratación, hemorragia del cerebro y de otros órganos. Este
método se utiliza después de las 16 semanas de embarazo.
Por succión y legrado: El
abortista empieza dilatando el cuello del útero de la madre, hasta que es lo
suficientemente grande para insertar una cánula en el mismo. La cánula es un
tubo de plástico hueco conectado a una bomba tipo aspiradora, a través de una
manguera flexible. El abortista pasa el extremo de la cánula a lo largo de la superficie
del útero, logrando que el bebé sea arrastrado y succionado al interior del tubo,
entero o en trozos. El líquido amniótico y la placenta son igualmente
succionados al interior del tubo y junto con otras partes del cuerpo,
introducidos en un bote de recolección.
Otras partes del cuerpo que
pudieran quedar aún en el útero son extraídas quirúrgicamente raspando, en un
procedimiento llamado legrado. Después de esto, se introduce nuevamente dentro
del útero de la madre la cánula utilizando la máquina de succión, para
asegurarse de que ninguna parte del cuerpo del bebé esté aún en el interior del
útero. El contenido del bote de recolección se examina para comprobar que están
en el mismo todas las partes del cuerpo del feto, así como la cantidad de tejido
adecuada correspondiente a la edad gestacional. (5)
Por dilatación y curetaje:
Este método abortivo se utiliza a finales del primer trimestre o principios del
segundo, cuando el bebé ya es demasiado grande para ser extraído por succión.
Es similar a este último método, pero en vez de despedazar al bebé por aspiración,
se utiliza una cureta o cuchillo, provisto de una cucharilla, con una punta afilada
con la cual se va cortando al bebé en pedazos, con el fin de facilitar su
extracción por el cuello de la matriz. Luego se sacan éstos pedazos con la
ayuda de fórceps. Este procedimiento tiene más riesgos para la mujer que el
método de succión. (6)
Dilatación y evacuación: La
dilatación y evacuación (DyE) es utilizada desde aproximadamente las 12 semanas
completas de embarazo. En aquellos lugares donde se dispone de profesionales
con experiencia y habilidad, es la técnica quirúrgica más efectiva y segura
para embarazos avanzados. La DyE requiere la preparación cervical con una
prostaglandina como el misoprostol, o laminaria o un dilatador hidrofílico similar;
dilatar el cervix y evacuar el útero utilizando una aspiración al vacío
eléctrico con una cánula de 14 a 16 mm de diámetro y pinzas. Dependiendo de la
duración del embarazo, una adecuada dilatación puede requerir desde dos horas
hasta un día completo. Si bien no es esencial, muchos profesionales encuentran
útil el uso de ecografía durante el procedimiento de DyE.
Por nacimiento parcial:
También es conocido como “D & X” a las 32 semanas. Suele hacerse cuando el
bebé se encuentra muy próximo de su nacimiento. Después de haber dilatado el
cuello uterino durante tres días y guiándose por la ecografía, el abortista introduce
unas pinzas y agarra con ellas una pierna, después la otra, seguida del cuerpo,
hasta llegar a los hombros y brazos del feto. Así extrae parcialmente el cuerpo
del bebé, como si éste fuera a nacer, salvo que deja la cabeza dentro del
útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser extraída intacta; el
abortista, entierra unas tijeras en la base del cráneo del bebé que está vivo, y
las abre para ampliar el orificio. Entonces, inserta un catéter y extrae el
cerebro mediante succión. Este procedimiento hace que el bebé muera y que su
cabeza se desplome. A continuación extrae al “producto del embarazo” y le corta
la placenta.
Por operación cesárea: Este
método es exactamente igual que una operación cesárea hasta que se corta el
cordón umbilical, salvo que en vez de cuidar al bebé extraído se le deja morir.
La cesárea no tiene el objeto de procurar el nacimiento del bebé sino de
matarlo.
Con fármacos: Estos métodos
se basan actualmente en tres tipos de medicamentos: el metotrexate
(comercializado con el nombre de Ledertrexate), la mifepristona (conocida también
con el nombre de RU-486) y el misoprostol (comercializado con el nombre de
Cytotec) (Schiavon, 2003). Tales medicamentos pueden utilizarse solos o combinados
(Espinoza, 2002). Las condiciones para la prescripción y utilización de estos
productos están estrechamente ligadas a la situación legal del aborto y a la disponibilidad
de aquéllos en cada país. (7) El RU -486 es un fármaco abortivo que actúa privando
al feto de un elemento vital, la hormona progesterona. El aborto se produce luego
de varios días de dolorosas contracciones.
3.
SECUELAS FÍSICAS DEL ABORTO
El aborto, sea cual fuere la
causa, presenta complicaciones propias de todo acto médico quirúrgico y otras
propias de este procedimiento: lesiones traumáticas del útero u otros órganos
intraabdominales, hemorragias, abortos incompletos, desgarros del cuello
uterino, infección del útero e incluso, posible muerte de la madre.
No sólo se producen complicaciones
en el acto quirúrgico o poco tiempo después, sino que la mujer puede padecer
secuelas a largo plazo, relacionadas con su cuerpo, como aumentar el riesgo de
cáncer de mama, ovarios o útero, esterilidad. Además, en algunos casos, las
complicaciones pueden aparecer en futuros embarazos:
• Abortos espontáneos o
partos prematuros: El aborto se asocia con lesiones cervicales y uterinas que
pueden incrementar el riesgo de parto prematuro, complicaciones en el parto y
desarrollo anormal de la placenta en posteriores embarazos.
• Placenta Previa: El aborto
incrementa el riesgo de placenta previa en ulteriores embarazos (una
circunstancia que pone en peligro tanto la vida de la madre como su embarazo
deseado).
• Embarazo Ectópico: El
aborto está relacionado de forma importante con un riesgo añadido de embarazos
ectópicos (embarazos fuera de la cavidad uterina) posteriores.
En general, la mayoría de las
complicaciones citadas reflejan factores de riesgo para mujeres que se han
sometido a un solo aborto. Varios estudios muestran que las mujeres que tienen
abortos múltiples encaran un riesgo mucho mayor de sufrir tales complicaciones.
Si las mujeres que abortan
son adolescentes, se exponen a un riesgo mucho más alto de sufrir numerosas
complicaciones relacionadas con el aborto. Esto es válido tanto para las
complicaciones inmediatas como para los perjuicios reproductivos a largo plazo.
4.
SECUELAS PSÍQUICAS DEL ABORTO
Cuando una mujer queda
embarazada, su cuerpo se modifica y se compromete con el desarrollo de esa vida
naciente. Al conocer que está embarazada, este vínculo ya lleva por lo menos
quince días formándose. A lo largo de esos días, durante las 24 horas, entre
madre e hijo se viene produciendo un permanente intercambio, tanto a nivel de la
sangre como a través de las emociones y sentimientos. Esa nueva persona ya
forma parte de la vida de su mamá. Aunque desde lo consciente no lo registre,
ese vínculo existe y es importante para ella. (…) (8)
Para pensar en el aborto, la
mujer necesita desconectarse de las emociones y sentimientos involucrados en el
desarrollo de su hijo. A su vez, precisa despojar de humanidad a “eso” que
viene creciendo en su interior, viéndolo como coágulos, tejidos, células, etc.
A este mecanismo lo conocemos con el nombre de deshumanización.
Es probable que desde lo
racional presente argumentos y justificaciones muy firmes de por qué cree que
abortar es su mejor opción (en estas situaciones lo racional iría por un carril
muy alejado de lo que ocurre a nivel emocional). A su vez, es posible que al
haber deshumanizado a su hijo, se encuentre ella misma deshumanizada, es decir,
anestesiada emocionalmente, sin poder registrar el vínculo con su hijo, ni ver
que lo que lleva dentro es un alguien y no un algo. (9)
Las mujeres que han abortado
tienen más probabilidades que otras de requerir el ingreso posterior en un
hospital psiquiátrico o tratamiento psicológico. Muchas mujeres tras un aborto
recurren a la represión como mecanismo de defensa, y puede darse un largo
período de negación antes de que una mujer requiera tratamiento psiquiátrico. En
muchos casos, incluso han comenzado tratamientos por problemas que
aparentemente nada tienen que ver con el aborto.
Estos sentimientos reprimidos
son susceptibles de causar afecciones psicosomáticas y psiquiátricas. Algunas
mujeres, que experimentan secuelas post-aborto declaran albergar ideas
suicidas, e incluso, han tenido intentos de suicidio, en una, dos o más ocasiones.
Otras consecuencias frecuentes son:
• Disfunción Sexual
• Refuerzo del hábito de
fumar
• Abuso de alcohol y drogas
• Desórdenes alimentarios
• Divorcio y problemas
crónicos en la relación de pareja
• Abortos de repetición
5. Consecuencias del aborto para el hombre
(10)
El debate sobre el aborto se
ha enfocado, casi exclusivamente, desde la perspectiva de las mujeres, haciendo
caso omiso de los hombres. En un momento en que los hombres se comprometen cada
vez más en la crianza de sus hijos, las leyes les niegan sistemáticamente el
derecho a estar implicados en decisiones de vida o muerte que afectan a sus
hijos aún no nacidos. Esta impotencia tiene su efecto no sólo en la imagen que
el varón tiene de sí mismo, sino que también puede causar conflictos de
funciones, culpabilidad, depresión y, con frecuencia, el final de la relación
con su cónyuge.
Se ha defendido el aborto
como un sencillo procedimiento quirúrgico que produce poco o ningún impacto
psicológico tanto en la mujer como en el hombre. En realidad, la mayoría de los
hombres, lo mismo que las mujeres, niegan cualquier consecuencia emocional
negativa del aborto. Sin embargo, cuando los hombres deciden reconocer sus
sentimientos, describen con frecuencia la experiencia del aborto como
desconcertante y dolorosa. Lo mismo para los hombres que para las mujeres, la
sensación de vacío puede durar toda una vida, puesto que los padres son padres
para siempre, incluso del niño muerto.
Sin embargo, una vez que ha
tenido lugar el aborto, los varones pueden requerir tanta ayuda emocional como
las mujeres. Para cualquiera de los dos, la pérdida de un hijo no es una
pérdida como otra cualquiera. La culpa y la pena pueden ser persistentes, y no
pueden quitarse a base de fuerza de voluntad.
6.
CONCLUSIÓN
Para finalizar, tomaremos el
texto de la Declaración de Ginebra propuesto por la Asamblea General de la Asociación
Médica Mundial realizada en septiembre de 1948 que es una actualización del
juramento hipocrático que todos los médicos realizan al finalizar sus estudios
y estar en condiciones de comenzar a trabajar. Tomaremos algunos párrafos:
“VELAR ante todo por la salud
de mi paciente; NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o
incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política,
raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan
entre mis deberes y mi paciente; VELAR con el máximo respeto por la vida
humana; NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y
las libertades ciudadanas, incluso bajo amenaza; HAGO ESTAS PROMESAS solemne y
libremente, bajo mi palabra de honor”.
El embarazo, aún en las
circunstancias más complejas, no es un “problema”. El aborto, aún en las
condiciones más higiénicas, sí lo es y dejará consecuencias de por vida. Los jóvenes
tienen una tendencia natural a favor de la vida, en todas sus formas.
Sostenerlos en esta postura es nuestro deber, no sólo por ellos, sino por las
generaciones futuras.
(1) Agencia Católica de Informaciones . www.aciprensa.com.
(2) ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA.
http://www.acamedbai.org.ar/pagina/academia/declarac.htm
(3) BASSO, DOMINGO. Nacer y Morir con Dignidad. Ed.
C.M.C.
(4)
ACADEMIA NACIONAL DE MEDICINA.
http://www.acamedbai.org.ar/pagina/academia/declarac.htm
(5)
DERECHO A VIVIR.
www.derechoavivirenargentina.blogspot.com.ar
(6)
GUÍA TÉCNICA PARA LA ATENCIÓN
INTEGRAL DE LOS ABORTOS NO PUNIBLES. www.msal.gov.ar
(7)
CENTRO DE POBLACIÓN Y DESARROLLO. www.ceped.org
(8)
KUPHAL, PEDRO A. (Compilador) Vivir
¡¿Si?! Aproximación Multidisciplinaria al Aborto. Sembrar Valores. 2011
(9)
KUPHAL, PEDRO A. (Compilador) Vivir
¡¿Si?! Aproximación Multidisciplinaria al Aborto. Sembrar Valores. 2011
(10) RUE,
VINCENT Ph.D. Padres Olvidados. Lewiston, Nueva York/Toronto, Canadá: Life
Cycle Books, 1986.
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