lunes, 11 de mayo de 2020

Carta de un profesor a los alumnos/as

Hoy me levanté con toda la intención de seguir mandando material para que sigan trabajando en los contenidos de esta materia. Pero siempre digo que más importante que darles información a mis alumnos es ayudarlos en su formación. Por lo tanto, leer esta carta hoy será toda la actividad. Ustedes saben que el acceso a la información cada vez es más fácil. La tecnología y el acceso a Internet nos permite buscar respuestas a prácticamente todos nuestros interrogantes. Por lo tanto, lo importante, como les decía, no es darle la información sino generar en ustedes los interrogantes.
Para eso, tienen que usar el recurso más importante que tienen para aprender. Recurso que no tiene ni el celular ni la computadora. Recurso que no se puede comprar ni pedir prestado. Recurso que es individual, pero puede ser colectivo. Ese recurso es su inteligencia. Esa facultad humana que, junto con la voluntad, nos permite ser mejores personas, crecer cada día y construir un mundo mejor.
Ese mundo mejor que queremos no lo construyen los “otros”. Sino que lo construimos nosotros, vos, yo, tu familia, tus amigos, y en esa construcción podremos hacer la diferencia que permita cambiar todos esos aspectos que no nos gustan del mundo en que vivimos. Podemos empezar hoy a ser mejor o esperar a que todos sean mejores para después cambiar. Si optas por la segunda opción, pasarás toda la vida esperando algo que no va a suceder y renegarás del mundo en que vivís.
Por eso hoy quiero invitarte a que pienses, que te preguntes: ¿qué queres hacer de tu vida?, ¿qué podés hacer por este mundo?, ¿qué es lo más importante para vos? Y a partir de algunas respuestas que puedas tener empezar a hacer lo que tenes que hacer y de la mejor manera posible. Aclaración: cuando afirmo "algunas respuestas", no es caprichosa ni ambigua la afirmación, sino que no siempre encontramos “todas las respuestas” a esos interrogantes, o van cambiando las circunstancias y nos hacen replantearnos todo de nuevo, o vamos cambiando, creciendo, madurando, y eso implica cambiar las respuestas.
Este momento de la vida que nos toca vivir es una oportunidad para detenernos a pensar y eso es lo que quiero lograr en este momento. Que dejes, por un instante, todo lo que estás haciendo. Quiero que pienses en lo que significa para vos tomar clases de esta manera, en donde la responsabilidad del aprendizaje es solo tuya. Siempre lo es, pero hoy más.
Los docentes estamos para facilitar ese recorrido, darte algunas indicaciones y mostrarte el camino. Pero ese camino lo tenes que transitar vos. O te podés quedar sentado o acostado, esperando que los conocimientos se asimilen, que las preguntas se respondan o, peor aún, que no te molesten para seguir haciendo lo que estás haciendo para no hacer nada. O podés despertarte, aprovechar el tiempo, pensar más allá, cuestionar todo y generar el interés por aprender, por conocer nuevos contenidos, por hacerte nuevos interrogantes. Usar nuestra inteligencia, hacer trabajar a nuestro pensamiento. No dejar que se adormezcan o terminen sedados por los juegos, las series o las redes sociales. Pensar nos permite elegir mejor que hacer para ser mejores y, sobre todo, para ser felices.
Ojalá que tu vida haga la diferencia, que no seas uno más, que no te dejes llevar por la “manada”. La vida me ha regalado años y he visto, y veo, muchos jóvenes que hacen la diferencia. Que se la juegan por sus ideales, que recorren un camino de esfuerzo y responsabilidad con alegría y la convicción que se puede hacer un mundo mejor. Que viven los valores que desde la escuela y la familia se proclaman. Ellos lo hacen “carne” y nos muestran e interpelar a los adultos que es posible un mundo mejor, que vale la pena intentarlo, que no hay que rendirse. Confió en ustedes, confió en vos.
Si llegaste hasta acá con la lectura de este texto quiero volver a invitarte a que pienses, a que te evalúes como estas aprovechando este tiempo: qué nota te pondrías vos mismo sobre tu rendimiento académico, sobre cómo estas actuando como hijo/a, sobre que estás haciendo para colaborar en las tareas domésticas, con tus padres y hermanos. Sé sincero con vos mismo. No tiene sentido “copiarse”, ni mentirse, ni pensar que quieren los otros que responda. Y con el resultado de esta evaluación: ¿qué podés hacer para mejorar?
Si te pusiste un 10 es que no has sido sincero, siempre hay aspectos para mejorar. Si tenes un aplazo, no sigas esperando que los demás te digan lo que tenes que hacer o te empujen para que hagas algo. Hoy podes cambiar, mejorar, crecer y encontrar la mejor versión de vos mismo. Sé vos el protagonista de tu vida.