sábado, 20 de enero de 2024

No dejes para mañana...

La propuesta es ponemos a pensar en esta frase popular que todos, seguramente, podremos completar sin mayores dificultades. No existe consenso sobre el origen de esta expresión, pero la sabiduría popular la ha mantenido viva hasta nuestros días, en diferentes idiomas y en distintas culturas. 

Sin duda que estamos frente a la idea que es mejor hacer las tareas que podamos realizar hoy sin postergarlas para mañana. Esta idea esta íntimamente relacionado con el concepto de "procrastinación", que se refiere a la tendencia a posponer o retrasar actividades o tareas, a pesar de saber las posibles consecuencias negativas de no hacer nada. De hecho, la etimología de la palabra "procrastinación" proviene del latín "procrastinatio", que está compuesta por "pro-", que significa "a favor de", y "crastinus", que significa "mañana". En conjunto, "procrastinatio" se traduce como "postergar hasta el día siguiente" o "dejar para mañana". 

Cuando esta actitud se convierte en un hábito de postergar permanentemente nuestras necesidades, nuestras tareas, incluso ideas, proyectos y sueños, estamos en problemas. Todo queda en el plano del pensamiento y nunca llegan a transformarse en acción, termina generando un sensación de angustia y de vacío. Una frustración creciente por no poder avanzar. 

"No dejes para mañana...lo que puedas hacer hoy" es una invitación a que podamos dejar de lado ese pensamiento y pasar a la acción. Porque el pensar nos enrieda, nos deja como encajados, buscando mayor cantidad de alternativas, de ideas fantásticas, de mil maneras de hacerlo, pero no nos permite avanzar. Por lo tanto, cada día tendríamos que hacer algo, aunque sea una pequeña acción, que esté encadenada a ese proyecto, a ese objetivo final que nos hemos propuestos. 

Muchas veces el pensamiento de aquel que está anclado en la procrastinación es el miedo a equivocarnos, y eso nos hace buscar la opción "correcta", pero que no está escrita en ningún lado y nunca lo sabremos a priori. La idea es hacer algo hoy, a pesar del miedo dar un paso, y una vez realizada esa acción podríamos revisar si estuvo acertada y nos permitió avanzar hacia dónde queríamos ir o, en todo caso, sí tenemos que corregir la dirección. Siempre después de haber hecho algo, sabremos si vamos por buen camino o redireccionar. No necesariamente en el pensamiento lo sabremos y si en la acción tendremos la certeza del paso que dimos.

Pero me gustaría darle una vuelta más a esta expresión. Porque muchos puede estar atrapados en esta trampa pero otros pueden estar en otra trampa. Una trampa que no nos damos cuentas que estamos y cuando nos damos cuenta, muchas veces, es muy tarde. La trampa de hacer muchas cosas, todo el tiempo, e incluso "no dejar nada para mañana". 

El ritmo de vida de muchas personas los hace hacer todo "hoy", cumplir con todas las obligaciones, no dejar ninguna tarea, ocupando todo el tiempo sin darse cuenta que van haciendo otra lista, una lista de "pendientes" que tienen que ver con sus deseos más profundos. La lista de aquellas cosas que "queremos" hacer, no lo que "tenemos" que hacer. La emboscada es de estar haciendo tanto en nuestro trabajo, tanto por los demás, que no nos queda tiempo para nosotros mismos. Cumplir con tantas tareas como un mandato externo, no nos permite disfrutar de nuestra familia, de nuestros proyectos personales, de nuestros sueños. No hacer nada de esa lista también nos origina angustia, vacío y frustración. Esos "pendientes" que dejamos para mañana, en definitiva, le dan sentido a nuestra vida.

Buscar un punto de equilibrio no precisamente es fácil y sencillo, pero es el gran desafío para seguir buscando nuestra felicidad. No caer en la procrastinación, ni irnos al otro extremo de hacer todo ciegamente. Salir de ambas trampas. Por lo tanto, la invitación es superadora. "¡No dejes para mañana...lo que quieras hacer hoy!"