martes, 26 de noviembre de 2013

Solidaridad camino a la Felicidad

 Nota publicada en el Semanario El Tiempo, de Pergamino. 
Entrevistamos a Germán Debeljuh, Licenciado en Psicología y Orientador Familiar, quien nos comenta sobre el tema: “Cada uno de nosotros aspira a ser feliz, no hay dudas de esta afirmación. Hacemos muchas cosas, pero no siempre la alcanzamos. Nos proponemos diferentes objetivos para ‘sentir’ esa felicidad. Estos objetivos surgen de distintas necesidad humanas que tienen que ser cubiertas, necesidades biológicas, psicológicas, sociales, espirituales…
De estas necesidades, cubrir las biológicas no nos hace más humanos. Satisfacer nuestro apetito, nuestra sed, tener una vivienda digna o aspirar a un auto, no nos hace mejores personas. El ‘tener’ cosas buenas no nos garantiza ser ‘ser’ buenos. Estamos llamados a mucho más que a centrarnos sobre nuestro propio ego y esperar que el mundo gire en torno nuestro.
En este sentido, abrirnos a la posibilidad de ver las necesidades de los demás, despierta el valor de la solidaridad. Pero para que sea precisamente un valor, no se puede basar en la lástima, sino en el amor de ayudar a otros de la manera que es posible para nosotros.
Cuando uno se encuentra con otra persona que nos necesita, y pone en juego la solidaridad, todos salen ganando. Tanto el que da como el que recibe. La solidaridad nos permite superar los momentos de dificultad juntos. Y ese sentido de superación provee de recursos tanto al que da como al que recibe, para esta situación como para futuras.
La solidaridad desarrolla la capacidad de empatía con los demás, y nos permite entablar mejores vínculos interpersonales con las personas de nuestro entorno. No hace falta viajar a África ni recorrer miles de kilómetros. Debemos comenzar por mejorar nuestro ‘metro cuadrado’. El que nos toca vivir y procurar hacer felices a la gente que tenemos cerca en cada ámbito en el que nos movemos. Hacer feliz a los demás, nos hace más feliz a nosotros mismo. Sin duda, la Solidaridad es un camino hacia nuestra propia Felicidad.”
Como vimos la solidaridad se entiende como la ayuda, el apoyo, la fraternidad y la empatía hacia quien sufre un problema o se encuentra en una situación desafortunada, o hacia quien promueve una causa valiosa. Es solidario quien hace suyas las situaciones, las necesidades y las acciones de los demás.
La solidaridad se refleja entonces en un compromiso con el otro, con su dignidad, su libertad y su bienestar, especialmente por lo que respecta a los más necesitados. Los grupos solidarios han logrado conservar la capacidad de indignación ante las injusticias y están listos para combatirlas.
El valor de la SOLIDARIDAD les dispone el ánimo para actuar siempre con sentido de comunidad. La persona y los grupos solidarios saben muy bien que su paso por el mundo constituye una experiencia comunitaria y que, por tanto, las necesidades dificultades y sufrimientos de las demás no le pueden ser ajenos jamás. Estos grupos solidarios cuentan con el apoyo de nuestra ciudad, que hoy más que nunca debe seguir apoyándolos para que continúen con esta heroica tarea de hacer el bien a los demás.
Los ranchos, las caras, las necesidades, y el olvido se repiten en los distintos puntos a donde llegan estos grupos solidarios de Nuestra Gente de Pergamino que busca que esta “pobreza olvidada” sea menos olvidada.
Lisandro Raimundo

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